Spielberg y China

13/2/2008

El director de cine norteamericano Steven Spielberg, fue contratado por el Gobierno Chino para diseñar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekin que se celebrarán a mediados de año.

Aunque inicialmente aceptó el proyecto, recientemente comunicó a los líderes comunistas de aquel país, que su conciencia no le permite seguir trabajando con un gobierno que no solo ha permitido, sino que ha intervenido de forma nefasta en el conflicto de Darfur (Sudán), en donde han muerto más de 200 mil personas y unos dos millones de seres humanos han sido desplazados fuera de sus hogares, por el miedo a los terrores del conflicto.

Spielberg comprendió sin necesidad de mucha ceremonia, lo que nuestro presidente y su grupo de asesores insiste en ocultar: no se puede anteponer el dinero a la conciencia, no se puede dejar que el interés económico aplaste los valores que nos dan valor como seres humanos.

Y es que mientras el cieneasta y un gran número de personalidades de alto nivel como las actrices Mia Farrow y Emma Thompson o el Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, siguen condenando al régimen de Pekin por sus constantes violaciones a los derechos humanos dentro y fuera de sus fronteras, nuestro país se ha vendido vergonzosamente abriendo sus puertas de par en par al gobierno chino.

El capítulo más negro de esta novela de prostitución patria lo escribió el Partido Liberación Nacional, que hace pocas semanas recibió a los representantes del Partido Comunista Chino para firmar convenios de cooperación y desarrollo político mutuo… ya muchos imaginábamos que el regreso de Arias a la política nacional, de la que abjuró durante 20 años, nos costaría muy caro, pero el precio que estamos pagando es mucho más grande que el ego del regobernante, lo cual ya es decir mucho.

Si de verdad la paz es uno de los valores más entronizados en la identidad costarricense, no podemos ser indolentes ante el sufrimiento y la represión que sufren millones de seres humanos como consecuencia directa de las acciones del gobierno chino, como no podemos serlo de ningún otro ser humano en cualquier otra parte del mundo.

China podrá ser una potencia económica mundial, podrá venir y regalar dólares a manos llenas, será un actor de primera línea en el comercio internacional, pero más allá de todo el curriculum del dinero que presenta de primera vista, trae una larga lista de atrocidades en contra de su propio pueblo.

Ni todo el dinero chino justifica que nuestro gobierno y que nosotros mismos como ciudadanos, nos olvidemos del origen de ese dinero, conseguido con el trabajo esclavo de millones de seres humanos que han dejado hasta su vida para que su gobierno maximice sus ganancias y compre conciencias por el mundo.

Se bien que mi conciencia no la he vendido por dinero, y espero que la de muchos de mis conciudadanos tampoco, por lo que aun tengo la esperanza de que podamos alzar nuestra voz para exigir al régimen de los Arias rectificar su actuar y respetar así los valores más sagrados de nuestro país, cuales son la paz, la democracia y la solidaridad con mi prójimo.

Publicado en La Prensa Libre del 14-2-2008

http://www.prensalibre.co.cr/2008/febrero/14/opinion07.php

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