El cáncer no es sinónimo de muerte



El 24 de junio del 2008, en la Clínica Bíblica, luego de caerme y quebrarme la tibia y el peroné de mi pierna derecha, un médico hostil y malencarado, en medio de la mezcla de dolor y atontamiento por la morfina que me habían inyectado, me soltó de pronto: "mire, usted lo que tiene es un tumor enorme en esa pierna... ¿me entiende lo que le estoy diciendo?, es cáncer lo que usted tiene".

Cuando a uno le dicen que tiene cáncer, pues es inevitable pensar en la muerte. Existe la creencia errónea de que el cáncer es sinónimo de muerte. Sobre todo en quienes tenemos más años encima, ya que en nuestra infancia, las posibilidades de lucha contra esa enfermedad eran mínimas, y cuando uno oía a sus papás comentando sobre algún conocido al que se le había diagnosticado cáncer, de inmediato bajaba la voz y se presenciaba un silencio reverente, casi como deseándole de una vez, lo mejor en la otra vida.

Pero lo cierto es que el cáncer no mata.

Claro, es importante escuchar al cuerpo. Existen hoy más y mejores métodos de detección del cáncer, pero ninguno funciona si nosotros no damos el primer paso. Yo tuve la suerte de quebrarme la pierna en momentos en que toda mi tibia estaba invadda por un ostosarcoma, lo cual literalmente me salvó de un pronóstico mucho peor, pero el cuerpo avisa y hay que estar atento.

Desde hace muchos años, cuando caminaba, yo sentía un dolor agudo en el tobillo. Siempre asumí que era una reacción de la pobre pierna al sobrepeso que le encargaba echarse encima y nunca lo mencioné a un médico. Según me ha explicado el ortopedista, yo tuve muchas fracturas en la tibia, que se curaban solas, pero que ya me avisaban de la presencia del cáncer.

Tu cuerpo te avisa. No debes dejar de escucharlo. Además existen métodos efectivos de detección de los tipos de cáncer más comunes: mama, útero, próstata o piel. Haciéndose regularmente el autoexamen de mama, la mamografía, el tacto rectal, la revisión de manchas en la piel, podemos detectar cambios en nuestro cuerpo a tiempo para atacarlos y superarlos.

Además ya sabemos que hay conductas que nos ayudan a evitar la aparición de células cancerígenas en el cuerpo: ejercicio regular, comida balanceada, ingesta de alimentos antioxidantes, abandono de conductas agresivas como el fumado o el consumo excesivo de alcohol, de grasas o de azúcares.

Y si algún día te dicen que tienes cáncer, recuerda que, aunque es una enfermedad dificil e incómoda, se puede vencer, se puede superar y se puede seguir viviendo y aprovechando al máximo tu vida.

Hoy, en el Día Internacional del Cáncer, te invito a escuchar a tu cuerpo y acudir al médico. Vale la pena vivir.