Guardando la ética en el armario


2/12/2007

"Si aprobaran este TLC habremos perdido la escala de valores que ha hecho a Costa Rica un ejemplo para el mundo."
Monseñor Ignacio Trejos

De verdad, qué razón tenía Monseñor Trejos al hacernos hace unos meses esta advertencia; sin embargo, ya antes nuestro país dio un paso con el que don Oscar Arias le dejó claro al mundo que aquí el comercio está por encima de la vida, y con esto ha abierto una terrible Caja de Pandora... me refiero al establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China.

No es que quiera venir a defender las relaciones históricas que mantuvimos con la República de China en Taiwán, porque de esas tendría mucho de que escribir también, sobre todo por la cultura del "soborno legal" que ayudaron a generar en Costa Rica, junto con otras entidades de igual estatura "moral", como la Fundación CRUSA u otras similares (que hasta parecen tener algún método de generación espontánea), o la explotación de nuestros recursos marinos, que si se cuantificaran, estoy seguro de que serían mucho mayores a toda la "ayuda desinteresada" recibida en 60 años de relaciones. Sin embargo, con el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales, y la instalación en Costa Rica de una embajada que izó la roja bandera china por primera vez en la historia, lo cierto es que nuestros aires llenos de paz y democracia, tuvieron un sismo de 7 grados en la escala de violaciones a los derechos humanos.

China es uno de los países que registran actualmente la mayor cantidad de violaciones a los derechos humanos en el mundo. Su población mayoritariamente vive en la extrema pobreza, situación aprovechada por sus autoridades para hacer trabajar a hombres, mujeres, niños y ancianos, en términos de literal esclavitud, siendo pagados con menos de un dólar diario y en muchos casos solo con comida. La cantidad de presos políticos es enorme y los relatos de torturas y de penas de muerte aplicadas sin un proceso previo que garantice el ejercicio de la justicia son innumerables. La violación a la libertad de expresión llega a extremos como censurar Internet, para que no llegue a su población información que ponga en entredicho al régimen. Este es el socio comercial y diplomático que don Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz, le ha regalado a Costa Rica.

Que pronto olvidó el Premio Nobel, aquellas palabras que pronunció el 10 de diciembre de 1987 en el Ayuntamiento de Oslo, con fuerza y con sentimiento, donde hablò al mundo así: "Dije entonces, y lo repito ahora, que, ni política ni económicamente, debemos ser aliados de gobiernos que oprimen a sus pueblos."

Este doble discurso del señor presidente es totalmente inaceptable. En algunas ocasiones se esmera elaborando hermosas joyas literarias dedicadas a la paz y al respeto de los derechos humanos, para así seguir sumando premios y reconocimientos internacionales con los que llenar los anaqueles de su casa, mientras que con sus actos hace todo lo contrario. Eso es ni más ni menos que guardar la ética en el armario, para usarla en las fiestas pomposas en Europa y Estados Unidos, pero dejarla colgada y encerrada para que no estorbe la toma de decisiones que representan su verdadero pensamiento.

Don Oscar Arias, no sabe el sentimiento de vergüenza y desengaño que me embarga cada vez que recuerdo la hipocresía con la que usted ha engañado a este noble pueblo que tanto le ha dado. Eso es una falta grave que tarde o temprano terminará pagando, porque Costa Rica es una nación de gente íntegra, decente y trabajadora, que no permite juegos de azar con la democracia y la paz de la que tanto se enorgullece. Todo lo que usted está haciendo hoy, con la ética escondida en el armario, quedará como epitafio en su mausoleo, se lo aseguro.

Lamentable final para quien dejó que su ego y su bolsillo pudieran más que el compromiso ético personal y con su patria. Afortunadamente Costa Rica trascenderá a usted, Costa Rica retomará la senda del desarrollo con valores éticos sólidos y se repondrá de su presidencia. Amen.

Publicado en La Prensa Libre del 5/12/2007

http://www.prensalibre.co.cr/2007/diciembre/05/opinion08.php

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