Pasiones

11/7/2006

Si algo nos puede garantizar que vamos avanzando en la vida, son las pasiones que sentimos por nuestra realidad personal.

La pasión por el fútbol (misma que aun no entiendo) o por la religión, o por el estudio o trabajo, o incluso por una persona, animal o cosa, que para efectos de la pasión, no hay distinciones.

Y es que la pasión activa los centros justos dentro de nuestro indómito cerebro, para que se liberen endorfinas y se genere una actitud corporal de triunfo, de satisfacción, de placer, de tranquilidad pero de gran actividad.

Esto nos lleva necesariamente a preguntarnos, ¿cuáles son nuestras pasiones?

Y no es por entrar a calificar pasiones, pero si al hacer ese diagnóstico de pasiones encontramos que dedicamos enormes cantidades de tiempo y energía a pasiones que no nos aportan mayor cosa en nuestro plan de vida, pues es un buen momento para redirigir las baterías al lugar correcto.

Apasionémonos, pero no a lo bestia, apasionémonos lo más inteligentemente posible, la paradoja es válida para explicar la dualidad de la realidad que nos compone.

Pasión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

13/7/2007

Como siempre: Todo lo que dices, me parece super interesante y enriquecedor.
Me has puesto a pensar, en cuáles son mis pasiones...
Cómo se define una pasión? Es algo para lo que vives? Es algo a lo que le dedicas todo tu tiempo? Es algo que te gusta mucho? Es algo que absorbe tu mente?
O una pasión es algo que si la tienes, lo sabes y... si te cuestionas si la tienes o no, es porque no la tienes?

KLONDIKE

Niebla dijo...

14/7/2007

Pues una pasiòn es un interés espiritual, que logra traspasar las barreras del intelecto, para alojarse en nuestra mente racional y desde ahí hacer los contactos necesarios para convencer a la voluntad de ponerse de su lado y materializar en una forma, la fuerza interna.

Hay gente más pasional que otra, pero de fijo todos tenemos nuestras pasiones, hasta el que pasa todo el día aplastado en el sofá frente al televisor, sin moverse más que para ir al baño, tiene una pasión por la inactividad. El tiempo que dedicamos a una pasión depende del interés que nuestro espíritu tuvo al transmitirla, es decir, de la fuerza con la que llegó a nuestra razón. Claro muchas veces confundimos la idea original de la fuerza y entonces nos sale cada forma, que obligamos al espíritu a enviarnos una nueva pasión a ver si entendemos.

Definitivamente las pasiones nos gustan, disfrutamos el tiempo que dedicamos a algo que nos apasiona, nos produce no solo placer sino felicidad y ayuda a que nos movamos en nuestro camino de vida. Normalmente las pasiones nos mueven en nuestra realidad instintiva màs que en la racional, por lo que la mente, entendida como la razòn, no se involucra mayormente.

Uno no necesariamente está consciente de las pasiones y eso nos hace actuar de forma impulsiva y muchas veces irreflexiva, por eso el ejercicio de identificar tus pasiones y tratar de aplicarles algo de inteligencia, nos producirá resultados muy provechosos.

Saludos maestra Klondike,

Rolo