Cuando se vive entre la chicha y la limonada

30/07/2006

Hoy inicio este diario catártico, abierto al público.

No se si alguna vez lo leerá alguien, pero si eso sucede, quiero que sepas que aquí van mis entrañas, así que si tienes el estómago (o la consciencia) débil, mejor no sigas más allá. Luego de semejante advertencia para la salud, eres bienvenido al igual que tus comentarios.

Esta mañana ha sido muy extraña, hace mucho calor, pero el cielo está muy nublado, como si ya fuera a llover, son esos días que ni son soleados, ni lluviosos, lo cual me hace mucha gracia, porque refleja como me siento en este momento, como diría mi abuelito, entre chicha y limonada, es decir, parafraseando la biblia, a punto de ser vomitado por el tal chus.

Siento como que me he estancado en la vida. He dejado de lado mis metas personales, de estudios, de carrera y personales y la vida sigue pasando inexorablemente.

Lo verdaderamente difícil es ver el estado en el que tengo mi cuerpo, que además no debe andar muy lejos del que seguramente tiene mi mente, así que me da por la depre, es decir, doble error, tras de que no estoy haciendo lo que debiera, me sitúo en estados anímicos que no me ayudan en nada a emprender acciones correctivas.

Además he echado a andar procesos difíciles y tortuosos, para salir un poco de apuros momentáneos, que se convierten en bolas de nieve, que no se hasta cuando podré seguir sorteando para que no me atropellen.

Esta especie de diario es precisamente una herramienta para hacer catarsis y lograr respuestas, porque aunque siempre se dice que las respuestas están dentro de uno, a veces (muy a menudo) hay que sacarlas fuera, para verlas y poder trabajar en ellas.

Bueno, por lo pronto, dejo esto aquí, no vayan a asustarse los millones de internautas que me leen... jiji

Saludos al mundo,

Niebla.

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