Rodrigo, no te murás


Estos días me han dado un vuelco al corazón, don Rodrigo Carazo Odio, está grave en el hospital, luchando contra la adversidad luego de severos procedimientos quirúrgicos que buscaban corregir algunos problemas en su corazón.

¡Ay ese corazón grande! ¡Ay ese corazón que tanto ha amado a esta Patria! ¡Ay ese corazón lleno de comprensión y de paciencia para con sus compatriotas, que no siempre han sabido valorarle!

Ese corazón hoy le tiene al borde de la vida... no de la muerte, porque una persona tan enorme como don Rodrigo, jamás morirá.

Pero hoy quiero pedirle, a la distancia, a través de las ondas mágicas que nos unen como seres humanos, que por favor, ¡no te mueras!

No porque sería darle un gusto inmerecido a alguien de quien vos has sido el mayor de los críticos, permitiéndole presidir tu funeral de Estado y convertirlo en otro show más para su propio ego.

No porque en plena campaña electoral, en un proceso en el que el pueblo está comiendo basura mediática y requiere de la sabiduría de estadistas como vos y si te vas, nos privarías de ese mensaje.

No porque tanta gente que te quiere, tu familia, tus amigos y quienes solo hemos sido admiradores de tu inteligencia, de tu entereza y de tu carácter por tanto tiempo, nos sentiremos profundamente tristes por tu partida.

Te pido que no te vayas aun, porque el hueco que dejarías en el corazón de la Patria, sería enorme.

Desde 1978, cuando a mis 8 años de edad te conocí, no he dejado de apreciarte. Y por tantos años de amor a la distancia, Don Rodrigo, te envío mis mejores energías y mi ferviente deseo de que superes también esta lucha, como tantas otras has vencido en tu vida. Estamos esperándote aquí afuera.

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