¡Qué desilusión, don José Manuel!



Hace cuatro años tuve el desliz intelectual de creer en su discurso, de dejarme embobar por sus palabras, por sus ideas y por sus proyectos. Hace cuatro años tomé el lapicero en la urna electoral y marqué la casilla con su fotografía... le di mi voto.

Que desilusión me he llevado desde entonces.

Todo lo que habló, todo lo que dijo, lo que propuso, lo que ofreció, todo se quedó guardado en el mismo estañón en el que los Arias tienen escondida su conciencia.

Verle plegado al bloque oficialista para aprobar las leyes del TLC, los proyectos oficialistas (sin importar arte ni parte) o dando su apoyo irrestricto a don Francisco Antonio Pacheco para que se entronizara en el puesto de Presidente Legislativo, fue espantoso.

Sus actuaciones solo han dejado un pésimo sabor de boca en mí.

Pero justo cuando creí que ya esa pesadilla había terminado; justo cuando tras verle traicionar al Partido Unión Nacional, no reparó en coqueteos con el Partido Unidad Social Cristiana, para al final postrarse a los pies de Liberación Nacional... sale con esta triste despedida a su desafortunado paso por la Asamblea Legislativa... vota por Ofelia Taitelbaum para el puesto de Defensora de los Habitantes, y aun peor, de forma cobarde no lo acepta públicamente, cuando es evidente que usted fue uno de los siete diputados que facilitaron la atroz acción de ayer.

Don José Manuel, quién mejor que usted, que ya ocupó ese importante cargo, para saber que ahí se requiere de alguien con suficiente independencia política y carácter, para poder funcionar como el contrapeso al poder formal del Estado. ¿Qué independencia ofrece doña Ofelia? ¿Qué empatía tendrá con los mas necesitados, para quienes la Defensoría es casi su tabla de salvación ante las oleadas de la realidad en que viven? ¿Cuál será su posición cuando los Arias la llamen para dictarle línea?

Realmente lamentable don José Manuel, que al final, la entereza moral y solidez ética de don Mario Echandi, no hiciera mella en su propio carácter. Lamentable que al final, usted solo es como otros tantos, que no se sonrojan actuando en clara contraposición a sus palabras. Lamentable que desperdiciara mi voto, creyéndole a alguien como usted.

¡Qué desilusión, don José Manuel!

1 comentario:

Manolo Matos dijo...

Se como te sientes porque a mi me pasó igual con el ganador del premio Nobel de la Paz. Creí en el negrito y resultó que el negrito no hizo nada de lo que prometió. Tal parece que si Bush estaba eb el jardín de infancia, Obama está en el primer grado. Y ahora mandará 30,000 soldados más a pelear con el fantasma del terrorismo en Afganistán. Entre esos se va mi cuñado.